Si en algo hay que
estar prevenidos, cuando se re-inventa la vida en otro terruño, es con el idioma. Es
evidente que si nos convertimos en migrantes para un país latino, pensamos que
no hay mayor problema en el discurso; sin embargo, cuántas dudas y malos
entendidos podríamos ahorrarnos con un mínimo y oportuno vocabulario local.
"Porta horquillas" y "Porta cartuchos" |
Hace algún tiempo, una
excelente amiga de mi pequeño taller de costura me pidió que le confeccionara
un “porta horquillas” y me dio un modelo
de lo que necesitaba. Asombrada por el tamaño del bolsito que me pedía, le pregunté
cuántas horquillas tenía como para llenarlo. Su cara de asombro no debió ser muy
diferente a la mía, ante la solicitud; se quedó mirándome hasta que le pregunté
qué era una horquilla. En mi país corresponde a los ganchitos negros con el que
se sujeta el cabello y me extrañaba que tuviera necesidad de tanto espacio… ¡ni
que fuera peluquera!, pensé. Pues, ni modo, ambas nos reímos cuando me enseñó
una pinza de ropa y me dijo: “esta es una horquilla”. Ahora, además de conocer
el significado de la palabra, he podido fabricar muchos de estos bolsitos y
ofrecerlos, junto a los “porta cartuchos” para guardar, en forma ordenada, las
bolsas del súper-mercado.
Estos implementos han
causado asombro entre mis clientes, porque no son conocidos en el mercado y
constituyen una ayuda para la organización del hogar. El “porta horquilla” se
puede colocar cerca del espacio de la lavandería y las pinzas siempre estarán a
la mano, para tender la ropa. Por otro lado, el “porta cartucho”, también resulta
funcional, porque es una manera de tener las bolsitas del mercado, dobladas y
organizadas, se introducen por la parte superior y se va sacando una a una,
cuando se requiera. Es muy fácil de confeccionar, con un poco de tela, elástico
para los dos extremos y creatividad en el modelo seleccionado.
Como persona allegada
a las letras, en un pasado remoto, siempre me llamó la atención, el estudio del
discurso. El idioma, nuevo vocabulario o diferencias dialectales, constituyeron
parte de mi preparación académica; por ese motivo, hoy día disfruto con cada
nueva palabra que llega a las arcas de mi curiosidad. Aquí en Panamá, he tenido
experiencias bien simpáticas y procuraré dar cuenta de algunas, para compartir
mi nueva riqueza léxica y la forma cómo la he ido ampliando.
Recién mudada a la
urbanización donde vivo, con mi familia, había necesidad de colocar las
bombonas de gas, en una caseta construida para tal efecto. Cuando las trajeron,
el encargado me preguntó dónde se colocarían “los tanques”; a lo que yo,
preocupada le comenté que no esperaba unos tanques (en mi registro lingüístico,
solo recordaba los grandes envases usados para los acostumbrados racionamientos
de agua), sino unas bombonas. Demás está explicar el resto de la anécdota…todavía
recordarán a la despistada que no quería tanques de gas para cocinar o calentar
el agua.
En esa misma
temporada de aprendizaje forzado, un jardinero que necesitaba botar la hierba
cortada, me pidió un “cartucho” para recogerla; la misma angustia de no saber qué
me pedía…solo le pregunté a quien pensaba matar con el cartucho, porque para mí,
es significado de carga para armas de fuego…hoy día, ya elaboro los “porta
cartuchos” y no necesito tener a mano ningún arma para ello.
Con la palabra “carrizo”,
me pasó lo mismo; no es extraño recordar
desde mi infancia, a un adulto vociferar ante cualquier travesura infantil: “¡Muchacho
del carrizo!” o “este carricito”…Resulta que “carrizo” es un pitillo para tomar
bebidas y, como buena seguidora de costumbres ancestrales, siempre les dije a
mis nietos: “corre, carrizo”, hasta que una maestra le preguntó a mi hija la
razón de por qué su niño le decía a los compañeros así…imagino que en su mente,
vería correr a los “pitillos” durante la hora del recreo.
En definitiva, estas líneas,
solamente, para continuar el cultivo de la escritura; pues, no deseo que, por
dedicarme a la costura, olvide la magia de la comunicación escrita, ahora, rodeada
de la sencillez a la que ha sido reducida, por las experiencias novedosas de mis
testimonios de costura.
Cada día se aprende algo nuevo. Eso es cultura, disfrútala
ResponderEliminarcada dia aprendemos muchas cosas nuevas, me encanta leer sus articulos
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